Verónica Sierra Blas
Université d’Alcalá de Henares
La boîte aux lettres d´Antonio Machado et les Archives de la Fondation Antonio Machado
Gracias Jöelle por tu amable presentación y buenos días a todos. Es un verdadero placer para mí estar hoy aquí, en Collioure, celebrando el homenaje a nuestro poeta Antonio Machado en el 75 Aniversario de su muerte.
La tarea que me han encomendado esta mañana es, como podrán intuir por el título de mi conferencia, presentarles el resultado de un proyecto que llevamos desarrollando desde el verano de 2010 y cuyo resultado ha sido la conformación del fondo documental «Palabras en el tiempo» en el seno del archivo de la Fundación Antonio Machado de Collioure.
En el fondo documental «Palabras en el tiempo» se reúnen todos aquellos documentos que, año tras año, y de forma espontánea y anónima, la gente ha ido depositando en la tumba y en el buzón de nuestro poeta, y que distintos miembros de la Fundación han conservado, unas veces de manera casual, otras completamente conscientes de su importancia, hasta nuestros días.
No sabemos quién fue la primera persona a quien se le ocurrió escribir a Antonio Machado ni tampoco cuándo lo hizo. Pero sí sabemos que, desde entonces, dedicar unas líneas al poeta tras visitar su tumba se ha convertido en un rito casi sagrado.
Cuando en la década de los años 80 el entonces presidente de la Fundación, Manolo Valiente, pidió al Ayuntamiento que pusiera un buzón al lado de la tumba, esta práctica de homenajear al poeta escribiéndole unas cuantas líneas era ya algo muy habitual. No en vano fue el deseo de evitar que todas esas muestras de reconocimiento y cariño sincero y sentido hacia el poeta se perdieran lo que llevó a Manolo Valiente a solicitar su instalación, como él mismo le confesó a Antonio Machado en el que podría considerarse como el primer mensaje depositado dentro de su buzón:
Yo soy el responsable, Don Antonio, de que el Ayuntamiento de Collioure haya puesto un buzón en la tumba donde reposáis tu querida madre y tú. Perdóname, aunque debo decirte que es lo único que se me ha ocurrido hacer ante la perspectiva de que se pierdan tantos mensajes de amor y respeto hacia ti. Creo que de esta manera todas esas muestras de cariño extraordinario e intenso de tu pueblo podrán conocerse algún día. En ninguno de esos mensajes te piden que hagas milagros, tan sólo hay en ellos promesas de construir la España que soñabas, justa, tolerante, capaz, generosa, regional y nacional, internacional y universal […]. Las cartas y los poemas de la gente te demuestran que tu pueblo está contigo […]. Que no has muerto […] Que tu modestia de hombre bueno sepa perdonarme mi atrevimiento.
El camino que hemos recorrido para llegar hasta aquí no ha sido fácil. Que hoy inauguremos de forma oficial el fondo documental «Palabras en el tiempo» hubiera sido imposible sin la buena voluntad de muchas personas que me han regalado su tiempo y su amistad, y que han trabajado de forma desinteresada, generosa y fiel en este proyecto. A todas ellas debo hoy, quiero hoy, darles las gracias.
Gracias a Miguel Martínez, a Paul Combeau y a todos aquellos miembros de la Fundación que durante tantos años han guardado en sus casas, como si de auténticos tesoros se tratase, los documentos que hoy conforman buena parte del fondo, porque si no lo hubieran hecho, sino les hubieran dado el valor sentimental que les han dado, este proyecto nunca habría existido.
Gracias al Ayuntamiento de Collioure, sobre todo a Michel Moly y a Danielle Tisnés; a la Fundación Antonio Machado de Collioure, de la que me honra ser parte, fundamentalmente a Jöelle Santa-Garcia, a Soledad Arcas y a Quéti Otero; y a la Universidad de Alcalá, sobre todo a su Rector, Fernando Galván, y al profesor Antonio Castillo, director del Seminario y Grupo de Investigación al que pertenezco, porque todos ello depositaron su confianza en mí desde el principio, permitiéndome llevar adelante esta idea, y porque sin su contribución material y también personal no habría nunca podido hacerla realidad.
Por supuesto, gracias a mi equipo de trabajo, a Carmen Serrano, a Guadalupe Adámez, a Érika Fernández, a Violeta Pérez y a Elena Fernández, que tantos esfuerzos han dedicado a esta tarea y que tan pacientemente la han llevado a cabo a mi lado, porque sin su ilusión y sin su entrega puedo asegurarles que yo hoy no estaría aquí.
Y, finalmente, gracias también a todas aquellas personas que han escrito a Antonio Machado a lo largo del tiempo y contra el tiempo, porque ellas son las creadoras y protagonistas de este fondo y, todavía más, porque ellas son las verdaderas garantes de la memoria machadiana.
¿Cómo ha sido el proceso? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Me imagino que es lo que os estaréis preguntando… El proyecto de creación del fondo documental «Palabras en el tiempo» ha tenido varias fases:
- La primera tuvo lugar entre julio de 2010 y febrero de 2011 y consistió en la recopilación del material conservado en las casas de Miguel Martínez, de Paul Combeau y de otros miembros de la Fundación, y en su ordenación tipológica y cronológica del mismo.
- La segunda fase, desarrollada entre julio de 2011 y junio de 2012, tuvo como objetivos principales la elaboración del cuadro de clasificación del fondo y la preparación de la documentación de cara a su catalogación posterior, ya que muchos de los documentos se encontraban en mal estado: tenían partes borradas y agujeros, así como restos de humedad, de cera, de tierra, de antiguos elementos de sujeción, estaban plastificados o grapados, etc.
- Y la tercera fase, desde febrero a julio de 2013, se dedicó a la catalogación y signado de los materiales, a la confección de los instrumentos de descripción del fondo y a la ubicación de éste en la Sala Vauban, actual sede de la Fundación Antonio Machado de Collioure.
- A partir de ahora nuestro cometido, por tanto, será, por un lado, estudiar la documentación conservada, y por otro, añadir al fondo la que siga generándose, pues se trata de un fondo vivo, que no tiene fin, porque crece, se amplía y enriquece año tras año.
En este momento conservamos alrededor de 4.500 documentos, si bien a éstos deben añadirse algunos nuevos hallazgos que debemos incorporar al fondo en los próximos días y todos los materiales recogidos a lo largo del año 2013. El más antiguo de todos los documentos conservados está fechado el 3 de enero de 1975 y el más moderno puede ser cualquiera de los muchos que seguramente dentro de un rato, cuando vayamos a depositar las flores a la tumba de Antonio Machado, llenen su buzón.
¿Cómo son estos documentos? Si hay algo que caracteriza al fondo documental «Palabras en el tiempo» es su pluralidad formal. Las personas que deciden dedicarle unas cuantas letras al poeta lo hacen empleando múltiples herramientas de escritura (desde máquinas de escribir y ordenadores, lápices y plumas, bolígrafos de tintas de distintos colores, pinturas de madera o de cera, rotuladores, acuarelas y hasta carmín) y escriben, además, sobre cualquier soporte (folios, papel de carta y hojas arrancadas de agendas, cuadernos o blocs, papel de fumar, papel higiénico, cartulinas, cartón, tickets, etiquetas, servilletas, pañuelos, post-its, billetes, folletos, telegramas, recibos bancarios, facturas, entradas de espectáculos y museos, tarjetas de visita, partituras, incluso trozos de madera, telas y piedras, y hasta la propia tumba).
La mayoría de los documentos, por otra parte, están escritos en castellano y en catalán, seguidos en número por los escritos en francés, aunque también hay casos extraordinarios de mensajes cifrados (que aún no hemos tenido tiempo de descifrar) y de documentos escritos en gallego, vasco, inglés, italiano, alemán, árabe o checo.
[Esta heterogeneidad formal de los testimonios conservados se refleja también en la enorme diversidad autoral: aunque la mayor parte de los documentos parecen haber sido escritos por personas adultas y por adolescentes, no faltan tampoco los redactados por niños. Igualmente, hay documentos firmados por una sola persona como documentos colectivos, escritos por grupos de amigos, de estudiantes, de asociaciones o de una misma familia, por ejemplo, que generalmente suelen contener huellas de haber sido leídos y/o cantados en común. Son pocos, sin embargo, los autores que especifican su situación profesional, si bien en los casos en los que ésta aparece citada casi siempre se trata de estudiantes y profesores, así como de personas relacionadas con el mundo de las artes y de las letras (actores, periodistas, pintores, músicos, etc.).
En total, el fondo se compone de las siguientes siete secciones:
- La primera sección, «Mensajes», es una de las más amplias. Se trata, en general, de documentos breves que las personas que visitan la tumba le escriben a Antonio Machado bien como agradecimiento por su poesía y por su vida, bien a modo de dedicatoria o de petición (amor, suerte, salud, dinero, trabajo, protección, etc.).
- La segunda sección, «Correspondencia», está compuesta por las cartas que la gente deposita personalmente o a través de algún intermediario en el buzón o envía por correo postal al Cementerio Municipal de Collioure.
- La tercera sección, «Poesías y textos literarios», está conformada por poemas de Antonio Machado, así como por diversas composiciones literarias y musicales y por poemas que los visitantes le dedican. Algunos son inéditos y compuestos para la ocasión, otros han sido ya publicados y un buen número de ellos son copias de otros poetas, contemporáneos o no a Machado, como, por ejemplo, Gustavo Adolfo Bécquer, Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Pablo Neruda o Ángel González.
- La cuarta sección, «Publicaciones», alberga libros completos que la gente deja sobre la tumba, revistas, recortes de prensa, folletos, programas y otros documentos dotados o no de ISBN y/o Depósito Legal.
- La quinta sección, «Dibujos», contiene aquellos dibujos que los visitantes regalan al poeta. De calidades muy diversas, la mayoría están relacionados con su trayectoria vital y profesional, destacando entre los mismos los retratos, la representación de algunos de sus poemas más populares y de distintas escenas de su vida, especialmente sus últimos días en Collioure.
- La sexta sección, «Escritos escolares», claramente predominante en el fondo junto a la primera, son aquellos documentos producidos por estudiantes de distintos niveles (especialmente de Bachillerato) en el marco de distintas materias (Historia, Lengua y Literatura española y Francés, fundamentalmente). Entre estos documentos escolares encontramos trabajos, exámenes, apuntes de clase, dedicatorias, hojas de firmas, murales, dibujos, etc.
- Por último, la séptima sección, «Ofrendas», está formada por todos aquellos documentos y objetos que, a modo de don u ofrenda, se entregan y dedican al poeta, fundamentalmente placas y tarjetas de visita, pero también fotografías, tarjetas postales sin escribir, estampas, calendarios, adhesivos, monedas, banderas, sellos, pines, chapas, llaves, cortezas y ramas de árboles, marca-páginas, saquitos con tierra, cintas y bandas, flores de tela y de papel, piedras, estatuillas, ropa y complementos, etc.
Cuando uno lee los documentos que os acabo de mostrar y que vais a tener la posibilidad de ver esta tarde cuando inauguremos oficialmente el fondo en la Sala Vauban, de lo primero que se da cuenta es de que, gracias a todos estos testimonios, Antonio Machado se ha convertido en un poeta inmortal, porque miles y miles de personas le siguen leyendo y recordando cada día como uno de los poetas más importantes de la literatura española y universal de todos los tiempos, de ahí la alabanza y la veneración que muestran hacia él cuando le escriben y el reconocimiento constante que hacen del legado cultural que nos ha dejado.
Otra de las cosas que uno piensa cuando tiene entre sus manos toda esta documentación es que hay muchas personas que conciben a Antonio Machado como un ser excepcional, como un santo capaz de conceder deseos, solucionar problemas y hacer de intermediario entre éste y el otro mundo, al tiempo que como un hombre sabio y un gran maestro, como una persona valiente, bondadosa, tolerante, justa, libre, luchadora, generosa y sensible, que puede y debe servir de modelo a los demás.
Todo ello se refleja en el constante reconocimiento que, junto a su obra, merece la vida del poeta, su conducta intachable, su moral inquebrantable. La tumba de Antonio Machado se convierte, de este modo, en una especie de altar improvisado donde la gente acude con respeto y admiración a establecer una suerte de diálogo directo con el poeta, a la vez que la visita al Cementerio Municipal de Collioure puede entenderse como el final de un peregrinaje laico al que preceden otras estaciones inevitables, como Sevilla, Soria, Baeza o Rocafort.
Finalmente, los documentos conservados en el fondo «Palabras en el tiempo» nos permiten comprender otro aspecto clave en relación a la figura de Antonio Machado: su conversión en el símbolo por excelencia del exilio español, puesto que es considerado, por encima de todo, como la representación de todas aquellas personas que tuvieron que huir de España tras la victoria franquista, especialmente de quienes murieron lejos de su casa y de su familia, de quienes lo perdieron todo, hasta la propia vida. Por eso, muchos testimonios presentan, a un mismo tiempo, un tono de denuncia, de reivindicación y de lamento.
Para terminar, me gustaría explicaros que el objetivo esencial de este fondo no es otro que mostrarle al mundo lo que Antonio Machado fue, es y será, su manera de ver y entender las cosas, su modo sencillo de transmitir las verdades y defender aquello que creía justo, para de esa manera contribuir, en la medida de lo posible, a difundir su legado y a construir su memoria, que es también la nuestra.
Cuando el 22 de febrero de 1959 Blas de Otero acudió a Collioure para rendir homenaje a nuestro poeta, como estamos haciendo hoy todos y cada uno de nosotros, Radio París le hizo una entrevista. Una de las preguntas que tuvo que responder fue qué ha sentido al visitar la tumba de Antonio Machado. Y Blas de Otero, con el aplomo y la contundencia que le caracterizaban, dijo lo siguiente:
Es cierto que una lenta pena latía en el fondo: nuestro más grande, nuestro más querido poeta quedó aquí, en Collioure, serenamente fiel hasta su final. Pero nadie quiere remover ni avivar otro triste tiempo de nuestra patria. Nadie, y menos que nadie las nuevas vidas que desde entonces han ido pujando. Ninguno de ellos vuelve la cabeza hacia el hacha y el tajo. Todos miran, desean, exigen el retoñar de un tronco único. Abierto y al libre aire de una justicia ineludible. Como los soñó siempre don Antonio Machado. Silencioso, grávido de misteriosa luz, que el ciprés se seque y puje el olivo.
Y yo os digo hoy: aunque los cipreses que flanquean y cobijan la tumba de Antonio Machado mueran algún día y dejen de dar sombra a su lápida y la protejan de la Tramontana, los documentos que conservamos en el fondo «Palabras en el tiempo», como las ramas siempre verdes y fuertes de los olivos, no morirán nunca. Seguirán aquí y gritarán siglos tras siglos, generación tras generación, que es en Collioure donde reposa este hombre bueno que con su poesía y con su vida obró el milagro de hacer un poquito más grande el corazón de la tierra.
Muchas gracias.
HOMMAGE A ANTONIO MACHADO (Collioure, le 23 février 2014)
La boîte à lettres d’Antonio Machado et les archives de la FAM.
Verónica Sierra Blas – Université d’Alcalá, SIECE, Groupe LEA, Réseau AIEP.
Merci Joëlle pour ton aimable présentation et bonjour à vous tous. C’est un vrai plaisir pour moi d’être ici aujourd’hui, à Collioure, pour rendre hommage à notre poète Antonio Machado à l’occasion du soixante quinzième anniversaire de sa mort.
La tâche qui m’incombe ce matin, comme vous l’aurez deviné par le titre de ma conférence, est de vous présenter les résultats d’un projet que nous développons depuis l’été 2010 et qui a donné naissance à la création d’un fonds documentaire « des mots dans le temps », au sein des archives de la Fondation Antonio Machado de Collioure.
Dans le fonds documentaire « des mots dans le temps » sont réunis tous ces documents qu’année après année et de façon spontanée et anonyme les gens ont déposés sur la tombe et dans la boîte à lettres de notre poète, et que différents membres de la Fondation ont conservés, parfois de façon fortuite, parfois totalement conscients de leur importance, jusqu’à aujourd’hui.
Nous ignorons qui fut la première personne qui eut l’idée d’écrire à Antonio Machado ni quand elle le fit. Ce que nous savons en revanche fort bien, c’est de depuis lors, écrire quelques lignes au poète après avoir visité sa tombe est devenu un rite presque sacré.
Lorsque dans les années quatre vingt le président de la Fondation, Manolo Valiente, demanda à la Municipalité de placer une boîte à lettres près de la tombe, cette habitude de rendre hommage au poète en lui écrivant quelques lignes, était déjà courante. Ce souhait qui poussa Manolo Valiente à demander son installation afin d’éviter que ne soient perdues ces marques de reconnaissance et d’affection sincère et émouvante envers le poète, ne fut pas vain, comme il l’avoua lui-même à Antonio Machado dans ce que l’on pourrait considérer comme le premier message déposé dans la boîte à lettres.
Je suis responsable, Don Antonio, de l’installation par la Mairie de Collioure d’une boîte à lettres sur la tombe où vous reposez ta chère mère et toi. Pardonne-moi, bien que je doive t’avouer que c’est la seule idée qui me soit venue à l’esprit face à la perspective de voir disparaître tant de messages d’amour et de respect pour toi. Je crois que de la sorte, toutes ces manifestations d’affection extraordinaire et intense de ton peuple pourront être connues un jour. Dans aucun de ces messages on ne te demande de faire des miracles ; il n’y a que des promesses de construire l’Espagne dont tu rêvais, juste, tolérante, capable, généreuse, régionale et nationale, internationale et universelle […] Les lettres et les poèmes des gens te prouvent que ton peuple est avec toi […] Tu n’es pas mort comme le répètent les centaines de messages que nous conservons. […] Que ta modestie d’homme bon pardonne mon audace.
Le chemin parcouru pour en arriver là n’a pas été facile. Aujourd’hui nous inaugurons de manière officielle le fonds documentaire « des mots dans le temps », mais cela aurait été impossible sans la bonne volonté de nombreuses personnes qui m’ont offert leur temps et leur amitié et qui ont travaillé de façon désintéressée, généreuse et fidèle dans ce projet. Aujourd’hui, je dois et je veux les remercier toutes.
Merci à Miguel Martinez, à Paul Combeau et à tous ces membres de la Fondation qui pendant tant d’années ont conservé chez eux, comme s’il s’agissait de véritables trésors, les documents qui aujourd’hui constituent une grande partie du fond. S’ils ne l’avaient pas fait, s’ils ne leur avaient pas accordé la valeur sentimentale qu’ils leur ont donnée, ce projet n’aurait jamais existé.
Merci à la Municipalité de Collioure, surtout à Michel Molly et à Danielle Tisnes, à la Fondation Antonio Machado de Collioure à laquelle j’ai l’honneur d’appartenir, à Joëlle Santa-Garcia, à Soledad Arcas et à Quéti Otero, ainsi qu’à l’Université d’Alcalá, surtout à son Recteur, Fernando Galván et au professeur Antonio Castillo, directeur du Séminaire et du Groupe de Recherche auquel je suis rattachée. Tous m’ont accordé leur confiance depuis le début et ils m’ont permis d’aller de l’avant car, sans leur contribution matérielle et personnelle, cette idée n’aurait jamais pu prendre corps.
Et bien entendu, merci à mon équipe, à Carmen Serrano, à Guadalupe Adámez, à Erika Fernández, à Violeta Pérez et à Elena Fernández qui se sont tant investies dans ce travail et qui, avec patience, l’ont porté à bout de bras à mes côtés ; sans leur enthousiasme et sans leur engagement, je puis vous assurer que je ne serais pas ici aujourd’hui.
Enfin, merci à toutes ces personnes qui ont écrit à Antonio Machado car elles sont les fondatrices et les protagonistes de ce fond et plus encore, car ce sont elles les vraies garantes de la mémoire machadienne.
Comment cela s’est-il passé ? Comment en sommes-nous arrivés là ? J’imagine que c’est ce que vous vous demandez…
Le projet de création du fond documentaire « des mots dans le temps » a connu différentes phases :
- La première a eu lieu entre juillet 2010 et février 2011 ; elle consista en une compilation du matériel conservé chez Miguel Martinez, Paul Combeau et d’autres membres de la Fondation et en un classement de ce matériel de manière typologique et chronologique.
- La deuxième phase, entre juillet 2011 et juin 2012, eut pour principaux objectifs la mise en place du cadre de classification du fonds et la préparation de la documentation en vue de son classement postérieur car de nombreux documents étaient en mauvais état ; certaines parties étaient effacées et trouées, certaines avaient des restes d’humidité, de cire, de terre, de vieux restes d’attaches, d’autres documents étaient plastifiés ou portaient des agrafes, etc.
- La dernière phase, de février à juillet 2013, fut consacrée au classement et à l’annotation des matériaux, à la réalisation d’instruments de description du fonds et à son installation à la salle Vauban, actuel siège de la Fondation Antonio Machado de Collioure.
- A partir de maintenant, notre tâche consistera, d’une part à étudier les documents conservés et d’autre part, à ajouter au fonds ceux qui continueront à arriver. Il s’agit d’un fonds vivant, qui n’a pas de fin car il grandit, grossit et s’enrichit année après année.
En ce moment, nous conservons environ 4500 documents, bien qu’il faille rajouter à cela de nouvelles trouvailles que nous devons incorporer dans le fonds ces prochains jours, ainsi que tous les matériaux réunis au cours de l’année 2013. Le plus ancien de tous les documents conservés est daté du 3 janvier 1975 et le plus récent est sans doute l’un de ceux qui dans un moment, lorsque nous irons déposer des fleurs sur la tombe d’Antonio Machado, empliront la boîte à lettres.
Comment se présentent ces documents ? Ce qui caractérise le fonds documentaire « des mots dans le temps », c’est sa diversité formelle. Les personnes qui décident d’adresser quelques mots au poète le font en utilisant de nombreux outils d’écriture (machines à écrire et ordinateurs, crayons et plumes, stylos de différentes couleurs, crayons de bois et de cire, feutres, aquarelles et même rouge à lèvres) et en outre, elles écrivent sur n’importe quel support (sur des feuilles, du papier à lettres et des pages arrachées aux agendas, des cahiers ou des blocs, du papier à cigarette, du papier hygiénique, des bristols, du carton, des tickets, des étiquettes, des serviettes, des mouchoirs, des post-its, des billets, des brochures, des télégrammes, des reçus bancaires, des factures, des entrées de spectacles et de musées, des cartes de visite, des partitions, même des morceaux de bois, des toiles et des pierres et jusque sur la tombe elle-même).
La plupart des documents sont écrits en castillan et en catalan, suivis par ceux, nombreux, écrits en français ; il y a des cas extraordinaires de messages chiffrés (nous n’avons pas eu encore le temps de les déchiffrer) et des documents écrits en galicien, en basque, en anglais.
Cette hétérogénéité formelle des témoignages conservés apparaît aussi dans la grande diversité des auteurs ; bien que la plus grande partie des documents semblent avoir été écrits par des adultes ou des adolescents, certains ont été rédigés par des enfants. De la même manière, on trouve des documents signés par une seule personne et des documents collectifs, écrits par des groupes d’amis, d’étudiants, d’associations ou par une même famille, par exemple ; généralement, ils portent des traces qui révèlent qu’ils ont été lus et/ou chantés en groupe. Peu nombreux sont les auteurs qui précisent leur situation professionnelle, et dans le cas où elle est mentionnée, il s’agit presque toujours d’étudiants et de professeurs, ou de personnes en relation avec le monde des lettres et des arts (acteurs, journalistes, peintres, musiciens, etc.).
Au total, le fonds se compose de sept sections documentaires :
- La première section, « Messages », est l’une des plus importantes. Il s’agit, en général, de courts documents que les personnes qui visitent la tombe écrivent à Antonio Machado soit pour le remercier pour sa poésie et pour sa vie, soit pour lui adresser une dédicace ou une demande (amour, chance, argent, travail, protection, etc.).
- La deuxième section, « Correspondance », est constituée des lettres que les gens déposent personnellement ou font déposer par un intermédiaire dans la boîte à lettres ou qu’ils envoient par courrier postal au Cimetière Municipal de Collioure.
- La troisième section, « Poésies et textes littéraires », contient des poèmes d’Antonio Machado, diverses compositions littéraires et musicales et des poèmes que les visiteurs lui adressent. Certains sont inédits et composés pour l’occasion, d’autres ont été publiés et nombre d’entre eux sont des copies d’autres poètes, contemporains ou non de Machado, comme Gustavo Adolfo Bécquer, Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Pablo Neruda ou Angel González.
- La quatrième section, « Publications », renferme des livres complets que les gens laissent sur la tombe, des revues, des coupures de presse, des brochures, des programmes et autres documents porteurs de l’ISBN et/ou de dépôt légal.
- La cinquième section, « Dessins », contient ces dessins que les visiteurs offrent au poète. De qualité très inégale, la plupart sont en relation avec sa vie et sa profession ; les portraits se détachent ainsi que la représentation de certains de ses poèmes les plus connus et différentes scènes de sa vie, surtout ses derniers jours à Collioure.
- La sixième section, « Ecrits scolaires », est clairement prédominante dans le fond à côté de la première. Ce sont des documents produits par des étudiants de différents niveaux (surtout des lycéens) dans le cadre de plusieurs disciplines (histoire, langue et littérature espagnole et française surtout). Parmi ses documents scolaires on trouve des exercices, des examens, des notes de classe, des dédicaces, des feuilles de signatures, des affiches, des dessins, etc.
- La septième section enfin, « Requêtes », est constituée de tous ces documents et objets qui, à titre de don ou d’offrande, sont offerts au poète, principalement des plaques et des cartes de visite, mais aussi des photographies, des cartes postales non écrites, des images, des gravures, des adhésifs, des pièces de monnaie, des drapeaux, des timbres, des pin’s, des badges, des clés, des écorces et des branches d’arbres, des marque-pages, des petits sachets de terre, des rubans et des tissus, des fleurs en toile et en papier, des pierres, des petites statues, du linge et des accessoires, etc.
Quand on regarde les documents que je viens de vous montrer et que vous aurez la possibilité de voir cet après-midi lorsque nous inaugurerons officiellement le fonds de la salle Vauban, on se rend compte immédiatement grâce à tous ces témoignages, qu’ Antonio Machado est devenu un poète immortel parce que des milliers de personnes continuent à le lire et à se souvenir de lui chaque jour comme d’un des poètes les plus importants de la littérature espagnole et universelle ; ceci explique les louanges et la vénération que ces personnes lui portent lorsqu’elles écrivent et la reconnaissance constante qu’elles accordent au legs culturel qu’il nous a laissé.
Autre chose à laquelle on songe lorsqu’on tient dans ses mains tous ces documents, est qu’ils sont nombreux ceux qui considèrent Antonio Machado comme un être d’exception, un saint capable d’accéder à leurs désirs, de trouver une solution aux problèmes et de servir d’intermédiaire entre ce monde et l’autre, en même temps qu’un homme sage et un grand maître, une personne courageuse, bienveillante, tolérante, juste, libre, combative, généreuse et sensible, qui peut et doit servir de modèle aux autres.
Tout cela transparaît dans cette reconnaissance permanente que mérite, à côté de son œuvre, la vie du poète, sa conduite irréprochable, sa morale inébranlable. C’est pourquoi, la tombe d’Antonio Machado devient une sorte d’autel improvisé où les gens accourent avec respect et admiration pour établir avec le poète une sorte de dialogue direct, en même temps que la visite au Cimetière Municipal de Collioure peut se comprendre comme la conclusion d’un pèlerinage laïque à la suite d’autres lieux incontournables, comme Séville, Soria, Baeza et Rocafort.
En fin de compte, les documents conservés dans le fonds « des mots dans le temps » nous permettent de comprendre un autre aspect fondamental de la figure d’Antonio Machado : sa transformation en symbole par excellence de l’exil espagnol, puisqu’il est vu surtout, comme la représentation de toutes ces personnes qui durent fuir l’Espagne après la victoire franquiste, surtout de ceux qui sont morts loin de chez eux et de leur famille, de ceux qui ont tout perdu, jusqu’à la vie. C’est pourquoi, beaucoup de témoignages revêtent un ton de dénonciation, de revendication et de plainte.
Pour finir, je voudrais insister sur le fait que l’objectif essentiel de ce fonds est de montrer au monde ce que fut Antonio Machado, ce qu’il est et sera, sa façon de voir et de comprendre les choses, sa manière toute simple de transmettre les vérités et de défendre ce qu’il croyait juste, pour contribuer, dans la mesure du possible, à diffuser son legs et à construire sa mémoire qui est aussi la nôtre.
Lorsque le 22 février 1959 Blas de Otero vint à Collioure pour rendre hommage à notre poète, comme nous le faisons tous et chacun de nous aujourd’hui, Radio Paris lui accorda une entrevue. L’une des questions à laquelle il dut répondre portait sur ce qu’il avait ressenti en visitant la tombe d’Antonio Machado. Blas de Otero, avec l’aplomb et la force qui le caractérisaient dit la chose suivante :
Il est évident qu’une lente peine battait au plus profond : notre plus grand poète, le plus aimé, s’est arrêté ici, à Collioure, fidèle en toute sérénité jusqu’à sa fin. Mais personne ne désire remuer ni raviver une autre triste époque de notre patrie. Personne et moins encore les jeunes vies qui depuis lors ont poussé. Aucun d’entre eux ne se retourne sur la hache et la coupure. Tous regardent, désirent, exigent la renaissance d’un tronc unique. Ouvert et à l’air libre d’une justice inéluctable. Comme les a toujours rêvés don Antonio Machado. Silencieux, rempli d’une mystérieuse lumière, que le cyprès se dessèche et que croisse l’olivier.
Et moi aujourd’hui je vous dis : même si les cyprès qui flanquent et protègent la tombe d’Antonio Machado meurent un jour, n’ombrageant plus sa pierre tombale et ne la protégeant plus de la Tramontane, les documents que nous conservons dans le fonds « des mots dans le temps », ainsi les branches toujours vertes des oliviers, ne mourront jamais. Ils resteront ici et proclamerons siècle après siècle, génération après génération, que c’est à Collioure que repose cet homme bon qui par sa poésie et par sa vie, réalisa le miracle de rendre un peu plus grand le cœur de la terre. Merci beaucoup.