Con Esos días azules, la periodista Nieves Herrero reivindica y rinde homenaje a Pilar de Valderrama (Guiomar), musa de Antonio Machado. El título de la novela parafrasea el último verso encontrado en el gabán del poeta tras su muerte en el exilio en el pueblo francés de Colliure: «Estos días azules, este sol de la infancia.» La novela recrea así «los días azules» que ambos compartieron, desafiando las reglas establecidas en aquella sociedad de finales de los años veinte y, en ese sentido, el subtítulo («En el amor, la locura es lo sensato») define perfectamente la intensidad con la que ambos vivieron esa relación, con las palabras del propio Antonio Machado.
La novela incluye fotografías y escritos inéditos aportadas por su nieta, Alicia Viladomat, que contactó con Nieves Herrero para que escribiera la historia de su abuela. Una historia que fue secreta hasta que la propia Pilar, antes de morir, dejó por escrito que ella era Guiomar, que Guiomar sí había existido y que no era fruto de la imaginación del poeta.